Brujerías - Pratchett, Terry

Definir en una única palabra: DIVERTIDA. 

Sinopsis: En el Mundodisco la magia está por todas partes, especialmente en las Montañas del Carnero de donde procede la mayor parte de los magos y brujas del mundo. Como Magrat Ajostiernos, Yaya Ceravieja y Tata Ogg tres insólitas brujas que aprovechan sus aquelarres para lanzar sapos y maldiciones a los mortales. Su "pacífica" vida cambia cuando el rey usurpador de Lancre y su oronda esposas pretenden hacer pagar impuestos a todas las brujas. Para luchar contra tal injusticia las brujas deciden entrar en política y trazan un maquiavélico y caótico plan para alzarse con la victoria.

No tiene ningún misterio cómo he conseguido este libro, básicamente con la colección de Altaya (aunque ahora sea Planeta de Agostini). Estaba esperando a que me terminara Ritos Iguales para ser la siguiente en la Colección de Mundodisco y la Saga de las Brujas. Este libro me lo había tomado con más calma dado que el anterior no era tan cómico como estaba acostumbrada.

Me ha demostrado, como ya sabía, que los prejuicios son mala cosa cuando de libros se trata. Ha habido párrafos enteros en los que no podía reprimir las carcajadas. ¡Qué manera de reír! Pratchett ha sabido sacarle partido a las brujas y ha conseguido hacer verdaderas delicias para el lector con ganas de reírse un rato. Además, ahora que me lo planteo, ha conseguido que la carencia de aventura habitual apenas se perciba con su característico humor, resaltando un Mundodisco más territorial, anclado específicamente en las Montañas del Carnero, apenas sin salirse del pequeño reino de Lancre. No hay rincón sin fantasía en el libro.

En esta ocasión tenemos la oportunidad de leer sobre cómo funciona un reino estructurado (tal y como lo conocemos de la Edad Media), en la cual lo menos habitual es que un rey no muera apuñalado por un familiar. Pero cuando un Reino no se siente querido por su rey, éste se manifiesta. Y todo sale patas arriba. Un hijo legítimo en una compañía de teatro, un hijo ilegítimo obligado a tener otra profesión, un rey que se siente culpable de asesinato sin poder confesarlo, una reina amante de la destrucción, un fantasma que tiene mucho que decir y, finalmente, tres brujas obligadas a poner órden. Éstos son los ingredientes que hacen de esta novela un suculento plato de la risa.